Durante 2019 la dimensión del mercado de la Colaboración de Comunicaciones Unificadas (UCC) ha superado los 30 mil millones de dólares y, según las estimaciones realizadas antes de la pandemia del COVID-19, la CAGR también habría tenido un crecimiento importante, del 8% entre 2020 y 2026. El término UCC hace referencia a un conjunto de tecnologías y a un nuevo enfoque que puede marcar la diferencia en la comunicación intra e interempresarial. El aumento de esta dimensión y la tasa de crecimiento anual compuesta se han acelerado por los avances tecnológicos, el aumento del trabajo inteligente y el inesperado acontecimiento de la pandemia. Es bien sabido que la pandemia ha acelerado el crecimiento, haciendo que las herramientas de colaboración digital sean esenciales para llevar a cabo las actividades empresariales. La creciente difusión de los teléfonos inteligentes y la evolución digital de las infraestructuras de comunicación y de la nube (FTTH y 5G, virtualización, etc.) han convertido la experiencia digital en un acto natural, ahorrando complejidad al usuario final y ampliando el número de productos y servicios disponibles.
LA EVOLUCIÓN DIGITAL HA CONVERTIDO LA EXPERIENCIA DIGITAL EN UN ACTO NATURAL
El indicador UCC proporciona una visión clave de la situación del mercado. Se define como la integración de muchas tecnologías de la comunicación con instrumentos de colaboración, como la videoconferencia en tiempo real, el correo electrónico, la mensajería instantánea, la compartición de escritorios, la compartición de archivos y recursos en la nube, y por último, pero no menos importante, la virtualización de sistemas de comunicación tradicionales, como las clásicas líneas telefónicas PSTN que se llevan a la nube gracias a Virtual-PBX y Voip. Gracias a un UCC bien integrado, las empresas pueden simplificar los métodos de interacción entre los empleados y los clientes, garantizar un alto nivel de interacción entre la plantilla a nivel global y, por último, pero no menos importante, permitir el trabajo a distancia y el trabajo inteligente de forma transparente. Todo ello es posible gracias a la digitalización de los instrumentos de colaboración, a través del llamado gemelo digital (la copia digital de un objeto real, una representación virtual de cantidades y estados) que permite el trabajo a distancia y el intercambio instantáneo de información entre personas.
DIGITAL-TWIN PERMITE EL TRABAJO A DISTANCIA Y EL INTERCAMBIO INSTANTÁNEO DE INFORMACIÓN ENTRE PERSONAS
En los últimos años, estas tecnologías se han generalizado y se han acelerado durante la pandemia de COVID-19. Según una encuesta realizada por McKinsey, al 80% de los trabajadores les encanta trabajar desde casa, el 41% dice ser más productivo que antes y el 28% es igual de productivo. Los beneficios expresados por todos los empleados entrevistados se resumen en un mayor tiempo libre debido a la disminución de los desplazamientos, y una mayor flexibilidad para encontrar un equilibrio entre la vida personal y la profesional. Ante los datos alentadores, muchas organizaciones piensan en aprovechar la situación para acceder a nuevos talentos sin limitaciones geográficas particulares y adoptar una nueva cultura relacionada con el trabajo inteligente, para reducir significativamente los costes inmobiliarios.
Ahora se plantea una nueva cuestión: ¿los espacios físicos de trabajo siguen teniendo un papel? Si lo hacen, ¿cuál será su función? Lo que parece más probable, según afirma Brodie Boland, de McKinsey, es un futuro en el que las organizaciones se planteen el trabajo híbrido, que podría “crear espacios de trabajo específicamente diseñados para soportar tipos de interacciones que no pueden darse a distancia”. Los lugares de trabajo se convierten en espacios diseñados para facilitar las relaciones humanas, la creatividad y la colaboración física, con unos pocos escritorios compartidos y muchas salas y entornos diseñados para fomentar el intercambio de ideas. Por lo tanto, se necesitan tecnologías para gestionar de forma inteligente y eficiente la asignación de espacios y recursos, haciendo del espacio físico un continuo con herramientas de colaboración digital. Los espacios físicos y digitales deben fusionarse, la colaboración a distancia y la presencial deben estar en simbiosis, sin fisuras. Esta fusión entre lo físico y lo digital se llama phygital y proviene de la crasis de dos palabras inglesas: Physical y Digital.
Las tecnologías que permiten el acceso a los espacios físicos, como las de control de acceso, deben ser coherentes con la colaboración de la comunicación unificada. En particular, el control de acceso “inteligente” es esencial, como afirma Anna Testa, especialista en ventas de innovación y transformación digital de Cisco, en el artículo “Cisco Spark y Sofia Locks: Desbloqueando el valor de la colaboración digital y física“, ya que permite la creación de un ecosistema ciberfísico de productos y servicios integrados, que proporciona un servicio de control de acceso a la carta, seguro y flexible, diseñado para clientes con diferentes casos de uso.
EL SECTOR INMOBILIARIO ENTRA EN UNA NUEVA FASE COMPETITIVA EN LA QUE EL MUNDO DIGITAL ES TAN IMPORTANTE COMO EL FÍSICO
Todo ello define, por tanto, una importante tendencia del mercado, al tiempo que la seguridad física se convierte en una herramienta fundamental para la nueva gestión de las operaciones espaciales. Para seguir esta tendencia, se necesitan tecnologías con un alto nivel de compatibilidad e integrabilidad con el mundo digital y las soluciones UCC. El sector inmobiliario entra en una nueva fase competitiva en la que el mundo digital es tan importante como el físico. No sólo aumenta la audiencia, sino también el volumen de negocio, y la propia empresa se acerca a los clientes y a sus necesidades.